Un sueño inadecuado puede sabotear rápidamente tus esfuerzos por estar sano.
En la actualidad, es frecuente escuchar lo siguiente en la consulta médica: “Doctor, tengo hijos, un trabajo exigente con horarios locos y mucho estrés personal. Me cuesta dormir bien por la noche”.
Lamentablemente, esta situación se ha vuelto demasiado común en nuestro estresado, superocupado e hipercafeinado mundo moderno. Entre las numerosas responsabilidades que asumimos a diario, el sueño de calidad a menudo pasa a un segundo plano, repercutiendo de manera directa y manifiesta en nuestra salud.
Un sueño inadecuado puede sabotear rápidamente tus esfuerzos por estar sano. Pues el sueño es la piedra angular de una vida enérgica, alegre y saludable. No dormir lo suficiente o tener un sueño de mala calidad afecta negativamente a las hormonas y los procesos de muchos de tus sistemas.
Un estudio reveló que una sola noche de sueño parcial puede crear resistencia a la insulina, lo que allana el camino a la diabetes y a muchos otros problemas. Otros demuestran que dormir mal contribuye a las enfermedades cardiovasculares, los trastornos del estado de ánimo, la mala función inmunitaria y la disminución de la esperanza de vida.
La falta de sueño también puede generar hambre, antojos y desequilibrios de azúcar en la sangre que eventualmente aumentan la prediabetes, la diabetes tipo 2 y la presión arterial alta.
Es fundamental que hagas del sueño una prioridad, ponte como objetivo dormir siete u ocho horas cada noche. Te darás cuenta que cuando duermes bien, te sientes mucho más alerta y concentrado.
Por eso acá te traemos siete formas de conseguir un mejor sueño nocturno:
- Sigue un horario regular
Irse a dormir y despertarse a la misma hora cada día crea un ritmo para tu cuerpo. Utiliza la cama sólo para dormir o para el romance. No tengas una televisión en tu dormitorio. Los estudios demuestran que la luz artificial y brillante puede perturbar la actividad cerebral y alterar las hormonas del sueño, como la melatonina. Tu dormitorio debe ser un espacio de paz y tranquilidad.
- Toma la luz natural del sol
Intenta tomar al menos 20 minutos de sol al día, preferiblemente por la mañana, ya que esto hace que el cerebro libere sustancias químicas que regulan los ciclos del sueño. Evita los ordenadores, los teléfonos inteligentes, las tabletas y la televisión una o dos horas antes de acostarte. También puedes probar a exponerte a una baja luz azul durante unas tres horas antes de acostarte. La luz de bajo espectro azul ayuda a tu cerebro a resetearse para dormir y así aumentar la melatonina.
- Desconéctate
A veces, las frecuencias electromagnéticas pueden perjudicar el sueño. Te recomiendo que apagues el WiFi y mantengas todos tus dispositivos electrónicos lejos de tu cama. Crea una zona común de carga en tu casa y anima a todos los miembros de tu familia a “parquear” ahí sus dispositivos antes de acostarse.
- Despeja tu mente
Todo el mundo sabe cómo algo que resuena en tu mente puede dificultar el sueño. Desconectar la mente puede convertirse en un reto. Mantén un diario o cuaderno junto a tu cama y escribe tu lista de tareas o cavilaciones antes de irte a dormir para poder cerrar los ojos y hacer menos probable que tu mente dé vueltas.
5. Estira tu cuerpo
Realiza ligeros estiramientos o yoga antes de acostarte. Esto relaja la mente y el cuerpo. Las investigaciones demuestran que el yoga diario puede mejorar la calidad de tu sueño de forma significativa.
6. Utiliza hierbas
Puedes incorporar hierbas que pueden ayudarte como passiflora o extracto de raíz de valeriana antes de acostarte. Otro suplemento clave es el magnesio.
7. Realiza prácticas de relajación
Las imágenes guiadas, la meditación o la respiración profunda calman tu mente y te ayudan a conciliar el sueño. Prueba aceites esenciales calmantes como la lavanda, la manzanilla romana o el ylang ylang.
Si empleas estas estrategias y continúas con dificultades para dormir, por favor, consulta a tu médico con el fin de que este pueda determinar si tienes alguna sensibilidad a los alimentos, problemas de tiroides, síndrome de fatiga crónica, toxicidad de metales pesados, estrés, depresión o alguna otra condición de salud que pueda estar interfiriendo con tu sueño.
Recuerda, que en tus decisiones diarias y hábitos está el secreto de una vida llena de salud y bienestar.
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*Nota del editor: La información en este artículo está destinada a su uso educativo solamente y no es un sustituto del consejo médico profesional, el diagnóstico o el tratamiento. Siempre busca el consejo de tu médico y otros proveedores de salud calificados antes de empezar cualquier dieta, suplemento, acondicionamiento físico y otros programas de salud.