La gratitud, por definición, es un agradecimiento o reconocimiento de algo que se ha hecho por nosotros, ya sea por una persona, por la vida misma o percibido desde un poder superior. Como explicó Robert Emmons, profesor de psicología de la UC Davis e investigador de la gratitud, en un estudio de 2013, “la gratitud tiene un doble significado: uno mundano y otro trascendente”. Puede ser un acto cuando damos las gracias. Pero también es un sentimiento de agradecimiento por lo que se tiene.
Y lo más sorprendente es que practicar la gratitud puede hacerte más feliz y, adicionalmente, más sano. Algunas investigaciones han indicado que cuando vibras en gratitud aumenta tu sensación de alegría, te da vitalidad y genera más paz interior; todo esto ocurre cuando te das cuenta de las cosas positivas que hay en tu vida y das las gracias al experimentarlas.
La gratitud no sólo hace que las cosas se sientan mejor, también puede hacer que funcionen mejor. La gratitud es buena para tu salud física, emocional y mental. Como lo explica el Dr. Emmons: “La práctica de la gratitud puede tener efectos dramáticos y duraderos en la vida de una persona”.
Se ha visto que las personas que expresan más gratitud tienen:
- Menos dolores de cabeza, menos dificultades gastrointestinales y menos infecciones respiratorias.
- Duermen y se recuperan mejor.
- Mejoran su salud mental y aumentan la sensación de felicidad.
- Reducen sus niveles de estrés.
Sufren menos agotamiento emocional, y tienen un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal
¿Puede la práctica de la gratitud realmente cambiar tu vida?
En un estudio realizado por el Dr. Emmons y su colega Mike McCullough, de la Universidad de Miami, a los participantes les asignaron al azar una de tres tareas. Cada semana, los participantes llevaban un breve diario. El primer grupo, el del agradecimiento, describió brevemente cinco cosas por las que estaban agradecidos que habían ocurrido en la última semana; los del segundo grupo, registraron las molestias diarias de la semana anterior que les disgustaron; y al tercer grupo, el neutral se le pidió que enumerara cinco eventos o circunstancias que les afectaron, pero no se les dijo si debían centrarse en lo positivo o en lo negativo.
Estos grupos fueron asignados de forma aleatoria y nada en sus vidas era intrínsecamente diferente, aparte del diario que llevaban. Los tipos de cosas que la gente enumeró en el grupo de agradecimiento incluyeron: “la puesta de sol a través de las nubes”; “la oportunidad de estar vivo”; y “la generosidad de los amigos”.
Y en el grupo de las molestias, la gente enumeraba cosas como: “pagar impuestos”; “dificultad para encontrar aparcamiento”; y “se me quemó la cena”.
Al cabo de diez semanas, los participantes del grupo de la gratitud afirmaron sentirse mejor con su vida en general e informaron de menos problemas de salud. Además, ahora hacían más ejercicio a la semana. En un estudio posterior de Emmons, se les pidió a las personas que escribieran cada día sobre las cosas por las que estaban agradecidas. Los resultados mostraron otro beneficio: los participantes declararon haber ofrecido a otros más apoyo emocional o ayuda con un problema personal, lo que indica que el ejercicio de gratitud aumentó su buena voluntad hacia los demás, o más técnicamente, su motivación “prosocial”.
¿Cuál es la ciencia detrás de todo esto?
El neuropsicólogo Rick Hanson lo explica así: “Las neuronas que se disparan juntas, se conectan entre sí… Cuanto más tiempo se disparen las neuronas [células cerebrales], cuantas más se disparen, y cuanto más intensamente se disparen, más van a conectar esa fuerza interior: esa felicidad, esa gratitud, ese sentirse seguro de sí mismo, ese sentirse exitoso, ese sentirse amado y querible”.
Y lo que ocurre en el cerebro conduce a cambios en el comportamiento. Las personas agradecidas tienden a cuidar mejor de sí mismas y a adoptar conductas más protectoras de la salud, como el ejercicio regular y una dieta saludable. También se ha descubierto que tienen niveles más bajos de estrés. Y la reducción de los niveles de estrés está relacionada con una mayor función inmunitaria y con la disminución de las tasas de cáncer y enfermedades cardíacas. Podríamos decir entonces que se cuida mejor lo que se aprecia más, y esto se extiende a tu cuerpo y a las personas que te rodean.
Mejora tus relaciones
Decir “gracias” no solo constituye una buena educación, sino que mostrar agradecimiento también puede ayudarte a ganar nuevos amigos y tener una mejor interacción social, según un estudio de 2014 publicado en Emotion. El estudio descubrió que dar las gracias a un nuevo conocido hace que sea más probable que busque una relación continua. Así que, tanto si das las gracias a un desconocido por sujetar la puerta como si envías una nota rápida de agradecimiento a ese compañero de trabajo que te ayudó con un proyecto, reconocer las contribuciones de otras personas puede conducir a nuevas oportunidades.
¿Cómo vivir en Gratitud en tiempos difíciles?
Resultados de varios estudios han demostrado que la adversidad puede impulsar la gratitud. En una encuesta realizada a través de Internet sobre las fortalezas personales de más de 3.000 encuestados estadounidenses, los investigadores observaron un aumento inmediato de los sentimientos de gratitud tras el evento de las Torres gemelas del 11 de septiembre de 2001.
Los tiempos difíciles pueden aumentar el agradecimiento si permitimos que nos enseñen a no dar las cosas por sentadas. ¿Por qué un acontecimiento trágico provocaría la gratitud? Cuando los tiempos son buenos, tendemos a dar por sentado las cosas que merecen nuestra gratitud. Sin embargo, en tiempos de incertidumbre, a menudo nos damos cuenta de que las personas y las circunstancias que hemos llegado a dar por sentadas son en realidad de inmenso valor para nuestras vidas. Emmons escribe: “Ante la desmoralización, la gratitud tiene el poder de dar energía. Frente a la ruptura, la gratitud tiene el poder de curar. Ante la desesperación, la gratitud tiene el poder de traer esperanza”. En otras palabras, la gratitud puede ayudarnos a sobrellevar los tiempos difíciles”.
En los buenos tiempos, y en los tiempos difíciles, la gratitud resulta ser una de las opciones más poderosas que puedes tomar.
Practica y vive la Gratitud
Si quieres poner todo esto en práctica, aquí tienes algunas cosas sencillas que puedes hacer en tu vida diaria:
- Da las gracias: tómate un momento para dar las gracias e invita a quienes te rodean a decir una cosa por la que estén agradecidos.
- Lleva un diario de gratitud: esto realmente funciona como se vio en el estudio del Dr. Emmons, y en estudios más recientes que han mostrado, tras esta práctica, incluso una mejora de los biomarcadores en pacientes con insuficiencia cardíaca.
- Comparte el amor: acostúmbrate a decirle a tu cónyuge, pareja o amigo algo que aprecias de ellos cada día.
- Recuerda tu mortalidad: no sabes cuánto tiempo vivirás tú o cualquiera de tus seres queridos. Así que en cada momento trátalos como si fuera a ser la última vez que los vieras.
Y por último en ANIA LIFE queremos darte las Gracias.
Gracias por leer esto.
Gracias por estar agradecido, incluso en medio de los desafíos que se presentan en tu camino.
Gracias por querer trabajar por tu bienestar físico y emocional.
Gracias por compartir esto con tus familiares y amigos.
One comment
Nancy Navarro
Gracias y mil gracias por enseñarnos cada día cómo cambiar nuestras vidas , para poder tener buena salud y que Dios los siga bendiciendo grandemente 🙏