Hay muchas razones por las que las hormonas puedes perder el equilibrio. Estás pueden sufrir altos y bajos durante los grandes cambios de la vida, como la pubertad, la menstruación, la menopausia, la andropausia (también conocida como “menopausia masculina”, que puede no ser tan impactante como la versión femenina, pero aun así puede afectar a la salud, la vitalidad y el estado de ánimo de los hombres) y el embarazo. Otros desequilibrios hormonales pueden ser crónicos y de larga duración.
Algunos pueden estar causados por factores externos, como el estrés o los medicamentos, o por condiciones médicas que afectan o involucran a los órganos del sistema endocrino.
Pero ¿cómo saber si estás experimentando un desequilibrio hormonal? Muchos desequilibrios hormonales tienen síntomas similares, lo que puede hacer que sean difíciles de distinguir unos de otros. La colaboración con tu médico puede ayudarte a averiguar lo que está ocurriendo y a desarrollar un plan de gestión eficaz.
Algunos de los síntomas más comunes de los desequilibrios hormonales pueden ser los siguientes:
- Cambios en la menstruación
- Disfunción eréctil
- Cambios no deseados en el deseo sexual
- Osteoporosis
- Dificultad para regular la temperatura corporal
- Alteraciones del estado de ánimo, como la depresión y la ansiedad
- Cambios en los hábitos intestinales, como estreñimiento o diarrea
- Crecimiento del vello en lugares no deseados (en el caso de las mujeres) o disminución del crecimiento del vello donde se desea (en el caso de los hombres)
- Fatiga
- Problemas de memoria
- Problemas de sueño
- Cambios de peso no deseados
En cualquier caso, si sospechas que tienes un desequilibrio hormonal, lo mejor que puedes hacer es concertar una cita con tu médico para determinar los siguientes pasos y empezar así a tomar decisiones y sanarte.
7 consejos para que ayudes a equilibrar tus hormonas de forma natural
- Haz ejercicio con regularidad
Mantenerse físicamente activo puede ayudarte a mantener estables tus niveles hormonales. También, a potenciar los niveles de las hormonas que retienen los músculos y que suelen disminuir con la edad. Algunas de ellas son la testosterona, el IGF-1, la DHEA y la hormona del crecimiento. El ejercicio regular también mantiene bajos los niveles de insulina, al tiempo que mejora la sensibilidad a la misma. Hacer ejercicio no debería ser una tarea aburrida ni un sacrificio, así que busca alguna forma de moverte que realmente disfrutes. Puede ser una mezcla de varias cosas, como hacer senderismo, correr, pasear al perro, hacer ejercicios de fuerza, bailar, hacer yoga o jugar al frisbee.
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- Mantén un peso saludable
Practica hábitos de vida que promuevan un peso saludable. Aprende qué comer y cuándo comer y vuélvete un experto a la hora de comprar y elegir tus alimentos, mezclarlos, prepararlos y convertirlos en tu deliciosa medicina diaria. Cuando tus hormonas están desequilibradas, otras hormonas que pueden influir en el aumento de peso son la hormona tiroidea, la leptina, la grelina (la “hormona del hambre”), el estrógeno y la testosterona. El objetivo es que poco a poco vayas teniendo realmente el control de tu elecciones alimentarias, y aprendas de tu cuerpo.
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- Evita usar aparatos electrónicos cerca de la hora de acostarse
Investigaciones han demostrado que las pantallas, y especialmente la luz azul que emiten, pueden alterar la función endocrina, mantener el cerebro despierto cuando es la hora de acostarse, e incluso cambiar los patrones del sueño. Por esto, intenta apagar las pantallas al menos dos horas antes de acostarte o utiliza gafas que bloqueen la luz azul. Se considera que la luz azul a la hora de acostarse es un problema porque ésta puede engañar a tu cuerpo haciéndole creer que está en un horario diferente; como si estuvieras en un constante jet lag.
- Toma luz del sol a primera hora de la mañana
La exposición a la luz del sol desencadena la liberación de serotonina, una hormona que mejora el estado de ánimo y permite concentrarse con calma. Tener niveles bajos de serotonina se asocia con un mayor riesgo de depresión y trastorno afectivo estacional. Además, en respuesta a la exposición a la luz solar el cuerpo crea vitamina D. Sin embargo, esta no es realmente una vitamina, sino una prohormona o sustancia que el cuerpo convierte en una hormona. La vitamina D ayuda a regular otras hormonas, como la producción de adrenalina, noradrenalina y dopamina. También ayuda a evitar que se agoten los niveles de serotonina. Y recuerda que al igual que una habitación oscura le indica a tu cuerpo que es “hora de dormir”, la luz solar de la mañana les dice a tus células diurnas que “se levanten y brillen”. ¡Así que a tomar el sol todos los días!
- Reducir el estrés crónico
El estrés crónico conduce a niveles persistentemente elevados de cortisol, también conocido como la hormona del estrés. Esto puede llevarnos a comer en exceso y, en última instancia, a un aumento de peso involuntario. Creemos que comemos por estrés sólo como una respuesta emocional, pero el cortisol en realidad acciona algunas palancas que realmente aumentan nuestro impulso de hambre. El estrés no controlado también puede elevar temporalmente los niveles de adrenalina, lo que aumenta la presión arterial, el ritmo cardíaco y la ansiedad. La clave está en encontrar formas de reducir proactivamente los niveles de estrés crónico. Por ejemplo, se ha comprobado que la terapia de masaje no sólo reduce los niveles de cortisol, sino que aumenta los niveles de hormonas buenas como la serotonina y la dopamina. Incluso si no es posible recibir un masaje, puedes reducir el estrés y equilibrar las hormonas de forma natural a través de la respiración consciente, el movimiento lento como el yoga o el tai chi, y la meditación.
- Duerme bien
Todas las noches tenemos la oportunidad de recargar nuestro cuerpo a través del sueño. El sueño no sólo es bueno para restaurar la energía física, sino que también puede restablecer el equilibrio hormonal. No dormir lo suficiente puede perjudicar la capacidad de mantener el equilibrio de las hormonas del apetito, lo que eleva la presión arterial y aumenta la probabilidad de comer en exceso. De hecho, los desequilibrios hormonales provocados por la falta de sueño aumentan el riesgo de obesidad, diabetes de tipo 2, depresión, ansiedad y enfermedades cardíacas. También funciona en la otra dirección: ciertos desequilibrios hormonales pueden empeorar el sueño. El estrógeno permite al cuerpo utilizar la serotonina para calmarse, la progesterona ayuda a calmar la mente y a conciliar el sueño más rápidamente, la insulina mantiene el azúcar en la sangre bajo control, y la melatonina y el cortisol trabajan juntos para regular el patrón de vigilia y sueño.
- Deshazte de las sustancias químicas tóxicas
No es un secreto que muchos de los alimentos que comemos y los productos que utilizamos a diario incluyen ingredientes que contienen sustancias químicas tóxicas denominadas disruptores endocrinos. Éstos pueden aumentar o disminuir la producción de ciertas hormonas, imitar o convertir unas hormonas en otras, inhibir la señalización y la producción, competir con los nutrientes e incluso hacer que las células mueran prematuramente. Eligiendo correctamente los productos que utilizas y los alimentos que comes, puedes reducir tu exposición a los disruptores endocrinos. Algunas formas de hacerlo son vigilar la fuente de productos animales, elegir productos sin BPA, comprar productos orgánicos, tomar agua filtrada, optar por cosméticos sin ftalatos y evitar las sartenes antiadherentes.
One comment
Elsa Patricia
Excelente artículo.